Via Apia
La Via Apia fue una de las calzadas más importantes de la antigua Roma. Era conocida como "regina viarum", la reina de las calzadas romanas. Comenzó a construirse hacia el año 312 a.C., siendo censor (encargado de las obras públicas, entre otras cosas) Apio Claudio el Ciego, de quien toma su nombre. La construcción de la Via Apia se inscribe en el contexto de las guerras samnitas, cuando Roma luchaba por aumentar su dominio sobre los pueblos de la región, y necesitaba este tipo de infraestructuras para la movilización y el abastecimiento de las tropas.
Inicialmente, la calzada llegaba hasta la ciudad de Capua, ubicada 30 km al norte de Nápoles y a 200 Km de distancia de Roma (a cinco días de marcha). Posteriormente se alargaría hasta Brindisi, en la costa adriática, el principal puerto del Mediterráneo oriental: la puerta del Oriente.
La Via Apia fue la primera calzada construida con las técnicas más avanzadas, con canales de drenaje a ambos lados y andenes para peatones. Fueron necesarios ingentes esfuerzos para elevar la calzada y poder atravesar los pantanos pontinos: más de 30 km de insalubres marismas, apestados de malaria, que se extendían desde las proximidades del lago Albano hasta Terracina.
(El mismo Apio Claudio intentó drenar los pantanos, pero ni él, ni posteriormente los emperadores y los papas, que también lo intentaron, lo consiguieron. No sería hasta 1928 cuando el gobierno fascista de Mussolini comenzaría los trabajos que terminarían con estas marismas. Allí pudieron asentarse las nuevas ciudades de Latina y Pontina, entre otras.)
La construcción de la Via Apia sería fundamental para terminar venciendo a las tribus samnitas, y comenzar la conquista del resto de Italia.
Parque de la Via Apia
El paseo por la Vía Apia es uno de los más evocadores de Roma. Su paisaje agreste, los pinos que rodean la calzada y las numerosas ruinas salpicando ambas orillas permiten por un momento imaginarse a uno mismo inmerso en el mundo antiguo.
La Via Apia en una imagen del siglo XIX (John Linton Champan)
La zona que rodea la calzada está protegida y constituye un parque arqueológico de 16 km de largo y 2-4 km de ancho. Se puede pasear libremente por la calzada, pero la entrada en algunos monumentos es de pago.
Información práctica
El BILLETE de la Via Apia cuesta 8€ (reducido, 2€) y es válido durante 3 días, en los cuales se puede entrar una sola vez a estos monumentos:
- Mausoleo de Cecilia Metella
- Villa dei Quintili (impresionante)
- Museo de Lucrezia Romana (algo alejado)
- Excavaciones de Capo di Bove
- Tumbas de la Via Latina (requiere reserva)
- Villa di Sette Bassi (requiere reserva)
Se puede adquirir en la taquilla del Mausoleo de Cecilia Metella y de la Villa dei Quintili. O bien on line (+ 2€). Más información en nuestra página de horarios y tarifas.
Mapa esquemático
Monumentos de la Via Apia
Estos son los monumentos que encontrarás en la Via Apia, comenzando desde la Porta San Sebastiano:
Puerta de San Sebastián
En el arranque de la Via Apia se encuentra esta impresionante estructura del mundo antiguo. Basta contemplarla para vislumbrar la grandeza de Roma en la antigüedad. Es una de las puertas mejor conservadas de las murallas aurelianas (finales del siglo III), que todavía pueden recorrerse en buena parte de su perímetro, y son igualmente imponentes en muchos tramos.
Contiene en su interior el Museo de las Murallas, de titularidad municipal y gratuito. Tiene magníficas vistas del entorno desde las terrazas superiores.
Iglesia del Quo Vadis
Se encuentra a 800 m de la Porta San Sebastiano y frente a la entrada al recinto de las Catacumbas.
Una tradición cuenta que en ese punto el apóstol Pedro se encontró con Jesús en el año 64-67, durante la persecución de Nerón. Pedro huía de la ciudad a escondidas, para escapar de la persecución, mientras Jesús iba en sentido contrario. Pedro le preguntó: Domine, quo vadis? (Señor, ¿adónde vas?). Y él le respondió: Venio Romam iterum crucifigi (voy a Roma, a que me crucifiquen de nuevo). Pedro comprendió que debía volver a Roma y afrontar su martirio. Jesús desapareció, dejando como señal sus huellas impresas en la vía. En la iglesia se ve un mármol con la huella de los pies, que es una copia de la original, que se conserva en la basílica de San Sebastián, un poco más adelante en la Via Apia.
A la entrada de la iglesia hay dos frescos, uno de Pedro y otro de Cristo, con la leyenda de su diálogo. La iglesia, de pequeñas dimensiones, es de origen medieval, y fue reconstruida enteramente en el año 1600.
Catacumbas
Las catacumbas de San Calixto se encuentran dentro de una amplia finca alargada delimitada por un muro, con varias entradas. Una de ellas está junto al Quo Vadis. Más adelante están las catacumbas de San Sebastián y un poco apartadas, a unos 400 metros de la Via Apia, las de Domitila. De todas ellas hablamos en nuestra página de las catacumbas.
Mausoleo de las Fosas Ardeatinas
Desviándose 500 metros de la Via Apia, está el memorial de la matanza de 335 personas escogidas al azar por los nazis, en 1944, en represalia por una acción de los partisanos italianos que mató a 33 soldados alemanes (10 víctimas por cada soldado muerto). Puedes ver el relato de lo ocurrido en este enlace: www.eurasia1945.com.
Cripta imponente y pequeño museo. Visita muy recomendable. Entrada gratuita.
Villa de Majencio
Majencio fue el emperador que resultó derrotado por Constantino en la batalla del puente Milvio, a comienzos del siglo IV. Su magnífica villa se encuentra situada a 200 metros de la basílica de San Sebastián, a mano izquierda. Sus ruinas son todavía impresionantes, organizadas en torno a tres elementos:
- El mausoleo familiar, donde fue enterrado el hijo de Majencio, por lo que recibe su nombre: Mausoleo de Rómulo. Es una estructura cilíndrica, circundada por un alto muro cuadrangular.
- Los restos del circo, mejor conservados que los del Circo Máximo: se ven los cimientos de la espina y las ruinas de la fachada principal.
- Y unos pocos restos del palacio.
La entrada es gratuita. Aquí puedes consultar los horarios.
Mausoleo de Cecilia Metela
Justo a continuación del circo de Majencio se encuentra este gran mausoleo cilíndrico, el más importante de la Via Apia. Conserva el recubrimiento de travertino y un hermoso friso de guirnaldas y bucráneos. Una inscripción en el exterior indica que el mausoleo perteneció a Cecilia Metela, que era era hija de Quinto Cecilio Metelo Crético, cónsul de Roma en el año 69 a.C., y esposa de un hijo de Craso, el célebre general, famoso por su riqueza. La inscripción reza: "A Cecilia Metela Craso, hija de Quinto Crético".
CAECILIAE
Q(uinti) CRETICI F(iliae)
METELLAE CRASI
El mausoleo está adosado a las ruinas de un palacio fortificado, construido por la familia Caetani (del papa Bonifacio VIII) en 1299, que incluye también las ruinas de una iglesia. No tiene interés como visita aislada, sino en el contexto de los demás monumentos de la Via Apia. Se visita en poco tiempo.
Capo di Bove
Pequeño complejo arqueológico, donde se ven las ruinas de unas instalaciones termales del siglo II d.C., pertenecientes posiblemente a Herodes Ático, célebre político y orador griego, al servicio del Imperio Romano, que fue famoso por su enorme riqueza. Hoy es la sede del Parque de la Vía Apia. El nombre (“cabeza de buey”) proviene de la Edad Media, cuando la propiedad incluía la tumba de Cecilia Metela, donde hay un friso de guirnaldas y cabezas de buey.
Aparte de su interés histórico y arqueológico, para el turista normal no es una visita emocionante: las ruinas de las termas, un bonito jardín, algunos restos antiguos y esculturas modernas. Si has sacado el billete de la Via Apia, entra para una visita rápida.
La Villa dei Quintili
La Villa de los Quintili era la residencia suburbana más grande de Roma. Perteneció a los hermanos Sexto Quintilio Condiano y Sexto Quintilio Valerio Máximo, cónsules de Roma a mediados del siglo II d.C., bajo los emperadores Antonino Pío, Marco Aurelio y Cómodo.
Ambos hermanos, que gobernaban juntos, fueron ajusticiados por el emperador Cómodo el año 182, por haber urdido una conspiración contra él, y su villa pasó a ser propiedad imperial. Varios emperadores la emplearon después como residencia suburbana y siguieron incrementando la suntuosidad del complejo.
El acceso a la villa estaba originalmente en la Via Apia, donde hoy se ven las ruinas de un gran ninfeo, muy modificadas con fortificaciones medievales. Hoy se puede entrar desde dos puntos:
- Por la Via Appia Nuova, nº 1092 (entrada principal).
- Por la Via Apia Antica, desde el complejo de Santa Maria Nova.
QUÉ VER. La villa consta de ruinas de gran altura de los ambientes residenciales y termales, con abundantes estancias que conservan todavía suelos de mosaico, de mármol, enlosados, columnas... Se trata de una visita muy recomendable. Hay también un anticuario o museo, con estatuas y restos romanos encontrados en la propia Villa y en otros lugares de la Via Apia.
El complejo de Santa Maria Nuova tiene como núcleo un edificio construido en el siglo X para la explotación agrícola, que contaba con una torre de vigilancia, todavía en pie. Recibe este nombre porque en la Edad Media pertenecía a la iglesia de Santa Maria Nova (ahora Santa Francesca Romana), en el Foro Romano. Actualmente es punto de acogida de turistas y es uno de los puntos de acceso al complejo. Cuenta con un centro de exposiciones.
Tumbas de la Via Latina
La Via Latina enlazaba Roma con Nápoles (Capua) por un trazado distinto de la Via Apia, y su trazado era aún más antiguo que el de ésta. Un agradable parque engloba hoy una parte del enlosado original de la Via Latina, varios sepulcros de época romana con preciosas decoraciones de paredes y bóvedas, frescos, estucos y mosaicos. Pasear por este parque es tan agradable y evocador como el paseo por la Via Apia, y el lugar es mucho más tranquilo. Pero el interior de estos sepulcros solo se pueden visitar adquiriendo el billete de la Via Apia y con cita previa.
La reserva se realiza enviando un e-mail a: pa-appia.tombelatine@cultura.gov.it
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