Santa Sabina

La basílica de Santa Sabina en el Aventino es una de las que mejor encarna la imagen de una basílica paleocristiana. Fue fundada en el año 425, poco después del saqueo de Alarico (410), por el presbítero dálmata Pietro de Iliria, que da nombre a la plaza donde se encuentra el templo. Se piensa que fue construida sobre la casa de una matrona romana, de nombre Sabina, donde se celebraba el culto durante las persecuciones: una domus ecclesiae. Esta tal Sabina habría sido martirizada en el siglo II, durante las persecuciones de Adriano, aunque sobre esto hay pocos datos históricos ciertos.

La iglesia fue cedida en 1222 a Santo Domingo de Guzmán por el papa Honorio III, y hoy es la sede central de la orden de los Dominicos.

Durante el siglo XVI y XVII fue enriquecida con añadidos barrocos, como ocurrió con casi todas las iglesias romanas. Pero en este caso, serían eliminados en el siglo XX, para restablecer en ella la atmósfera de la antigüedad cristiana.

1. Atrio

En el atrio que se encuentra a los pies (no en el pequeño pórtico lateral) se han recogido algunas piezas antiguas encontradas durante las excavaciones de la iglesia, como algunos sarcófagos de época imperial. Las cuatro columnas de estrías helicoidales y otras tantas de fuste liso son también de época romana.

Pero el mayor tesoro del atrio es la gran puerta de madera de ciprés, tallada en el siglo V. Consta de 28 recuadros, con escenas paralelas del Antiguo y del Nuevo Testamento, de las cuales quedan 18; son las siguientes:

  • Primera columna: 1ª crucifixión, 2ª curación de un ciego, multiplicación de los panes y los peces, bodas de Caná 3ª Cristo recrimina a Tomás, 4ª tres episodios de la vida de Moisés, 5ª Cristo ante Pilato.
  • Segunda columna: 1ª las mujeres ante el sepulcro, 2ª cuatro episodios de Moisés en el desierto, 3ª Cristo resucitado se aparece a las dos Marías, 4ª escena de aclamación.
  • Tercera columna: 1ª adoración de los reyes, 2ª Ascensión, 3ª Cristo anuncia la negación de Pedro, 4ª episodios del Éxodo (en el centro, los carros del faraón se hunden en el mar).
  • Cuarta columna: 1ª los discípulos de Emaús, 2ª triunfo de Cristo, 3ª el profeta Abacuc vuela hacia Daniel, 4ª Elías asciende al cielo en un carro de fuego, 5ª Cristo ante Caifás.

De estas imágenes, que han sido fruto de múltiples estudios, destacamos dos:

1. Primera escena en la historia de un Cristo crucificado.

En la primera columna, la escena superior representa la crucifixión de Cristo, y sería una de las primeras de la historia (si no la primera en absoluto). Resulta una escena enigmática. Por un lado, no hay modelos previos en los que inspirarse, y por otro, en la antigüedad había un gran rechazo a representar la escena vergonzante de la crucifixión, en un mundo que todavía conocía este castigo. De modo que el gesto está estilizado: más que tres crucificados, los tres personajes parecen tres orantes, pero llevan clavos en las manos, de modo que no hay ninguna confusión posible.

Además de esta escena, se representa la traición de Pedro, Cristo ante Caifás y ante Pilatos, y las mujeres en el sepulcro. Es el ciclo más completo de la Pasión de una época tan antigua.

2. El paso del mar Rojo (3ª columna)

En la parte superior, los israelitas se dirigen a la tierra prometida, mientras Moisés, vuelto hacia el mar, cierra las aguas: los egipcios se hunden en el mar Rojo. La escena central, con el faraón entre las olas, fue restaurada en 1836. El faraón fue representado con las facciones de Napoleón, que a comienzos de siglo se había enseñoreado de Italia y de Roma, y en ese momento yacía en un sepulcro en Santa Elena desde hacía 15 años. En la parte inferior, una escena previa a la salida del pueblo de Egipto: Moisés transforma su bastón en serpiente ante el faraón.

2. Interior: nave central

En el interior del templo se mezclan elementos antiguos y modernos. Estos últimos son fruto de la intervención llevada a cabo en 1936, para eliminar el ornato barroco y devolver al templo su atmósfera de antigüedad cristiana. Las celosías de las ventanas se hicieron en ese momento, sobre la base de otras semejantes del siglo V, cuyos restos pueden verse en el museo de la basílica. También de ese momento son el techo de madera y los dibujos del arco triunfal, con los 14 tondos y la representación esquemática de dos ciudades (Belén y Jerusalén).

En esta antigua fotografía se ve el aspecto de la iglesia antes de la intervención, con el ábside muy adornado.

De los elementos antiguos, lo más valioso es:

  • Las 24 columnas antiguas que separan las naves, reaprovechadas de otros edificios romanos.
  • El valiosísimo friso en opus sectile (del siglo V o VI) que adorna los arcos sobre estas columnas.
  • La iglesia conserva una preciosa inscripción del siglo V, realizada en mosaico con grandes letras doradas. Se encuentra en la contrafachada, sobre la puerta de ingreso, y recuerda la fundación de la iglesia por el presbítero Pietro de Illiria, en tiempo del papa Celestino I. A ambos lados aparecen dos figuras femeninas, representación alegórica de la iglesia de los gentiles y de la iglesia de la circuncisión, o de los judíos. Es el único fragmento superviviente de la rica decoración en mosaico que recubría las paredes de la iglesia.

Otro elemento de interés es la lápida sepulcral de fray Munio de Zamora (+1300), general de los Dominicos y luego obispo de Palencia, que acabó sus días en este convento.

La schola cantorum, el recinto donde se ubicaban los cantores, cercado por muretes de mármol, fue reconstruido en el siglo XX, utilizando para ello algunas piezas antiguas del siglo V y del siglo IX. También se reconstruyó la cátedra episcopal que preside desde el ábside.

El fresco del cascarón del ábside fue pintado por Taddeo Zuccari en 1560 y representa a Cristo enseñando a los apóstoles. Está basado en el antiguo mosaico del ábside.

Imágenes de la nave central

Capilla de San Jacinto. Clica en la imágenes para agrandarlas y ver los comentarios a pie de foto.

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